La Apple Card no saldría afectada por el posible proyecto de ley estadounidense que busca eliminar los servicios financieros de grandes compañías.
Este borrador encuentra su origen en el anuncio de Facebook por su intención de crear su propia criptomoneda llamada «Libra». Esto se contradice con la idea de Donald Trump, que cuenta que «en Estados Unidos existe una sola moneda».
Su política proteccionista, entonces, daría un impulso a esta posible ley. Aunque es poco probable que se haga efectiva, sabemos que la Apple Card estaría exenta de sus limitaciones.
¿Por qué la Apple Card no sería limitada por el proyecto de ley estadounidense?
En primer lugar, podemos deducirlo por el nombre del proyecto de ley estadounidense. «Ley para mantener a las grandes tecnológicas fuera del circuito financiero» es bastante descriptivo. Los miembros republicanos tienen desconfianza de este sistema. Así, quieren que el dólar se mantenga como la única moneda oficial u operable dentro del territorio.
Según comenta Reuters, su origen se debe a la intención que Facebook expresó el mes pasado de crear su propia moneda. El borrador del proyecto de ley estadounidense habla sobre las empresas tecnológicas que tienen más de 25.000 millones de dólares anuales de ingresos.
Sin embargo, Apple no entraría dentro de los cánones restrictivos de esta posible norma. Básicamente porque la Apple Card se trata de una tarjeta de cobranding. Esto se debe a que, en realidad, no funciona por cuenta propia. Básicamente, está asociada estratégicamente con otra firma económica, en este caso Goldman Sachs.
De todas maneras, el artículo de Reuters comenta que es poco probable que esta ley se haga efectiva. Esto se debe a que el aparato demócrata opositor generalmente es más tendencioso hacia las innovaciones. Entonces, quizás nunca salga de un simple proyecto de ley estadounidense.
Sus bases, en realidad, se encuentran en la desconfianza: en primer lugar, hacia la propia criptomoneda en sí. No obstante, también hacia la propia Facebook, que está sospechada de no tener la privacidad deseada. Por ende, no quieren comprometer la seguridad de los ciudadanos.
Además, tampoco se conoce con exactitud el impacto que podría provocar en la regulación económica estadounidense. Por eso, es posible que mantengan una actitud conservadora.