Es cierto que el Apple Watch sabe mucho de nosotros, quizás demasiado, ya que ahora también saben muchos datos de nuestra salud, pero esa ha sido la clave para resolver un caso de asesinato en Australia.
En septiembre de 2016, Myrna Nilsson de 57 años de edad fue encontrado muerto en el lavadero de su casa en Adelaida, Australia.
Según el medio de noticias ABC, Caroline Dela Rosa Nilsson hija del asesinado, dijo a la policía que un grupo de hombres había invadido su casa y atacó a su madre.
Caroline Nilsson fue atada y amordazada por lo que apenas pudo ver nata del ataque, ni de los atacantes, y no pudo ser de mucha ayuda para la policía.
El Apple Watch pieza determinante para resolver un crimen
Pero la policía, tras realizar un análisis del Apple Watch de la víctima, acusó a la hija de asesinato.
La fiscal Carmen Matteo, afirma que según indican las mediciones de actividad y ritmo cardiaco del Apple Watch, el ataque se produjo a las 18:38 de la tarde y que el portador había «casi seguro» muerto a las 18:45 horas.
«Si se acepta esta evidencia, se contradice la versión de la hija, pues ella afirma que salió de casa a pedir ayuda, justo después del ataque, a las 22:00 horas, más de 3 horas después de la muerte de Myrna Nilsson, según indica el propio Apple Watch.”
Caroline Nilsson dijo a la policía que ella salió de la casa inmediatamente después del ataque a las 22:00 horas a pedir ayuda.
Si los datos del Apple Watch son aceptados como prueba, se comprueba que la hija salió de casa más de tres horas después del ataque.
Caroline Nilsson se encuentra en prisión provisional sin fianza, a la espera de un nuevo juicio que tendrá lugar en junio de este año.
No es la primera vez, que gracias a un dispositivo de Apple se resuelve un crimen de sangre. A principios de este año, un hombre alemán fue acusado de asesinato gracias a su iPhone y los datos de ejercicio que este almacena.