Fue en 2011, cuando el fundador de Apple con 56 años, falleció. Con 323 patentes registradas, cambió el mundo de la tecnología.
9 meses antes, viendo que su final estaba próximo, decidió dejar la compañía e ir preparando el terreno a Tim Cook para su sucesión. Desde entonces, el actual CEO de Apple, ha mantenido un duro reto: mantener
o mejorar el legado de Jobs.
Obsesivo, preciso, meticuloso… una mente prodigiosa que siempre iba dos pasos por delante de su competencia. Algo que, a día de hoy, se echa en falta.
Uno de los últimos legados de Steve Jobs, es el Apple Campus 2. O al menos, que sepamos. Una obra descomunal que volverá a relanzar a la «manzana mordida» a lo más alto. Por el camino se quedó el famoso iBoat, una especie de mando para controlar embarcaciones con múltiples sensores… como la que se construyó y bautizó como «Venus», que posteriormente heredaría su mujer.
Su salida de Apple y fundar al poco tiempo NeXT, ayudó a que su regreso a la compañía fuera con más fuerza. Su visión, su pasión y su perseverancia, hizo levantar la compañía que decayó en los años que no permaneció.
Esa evolución de Apple con Steve Jobs vino acompañada de un hombre: Jony Ive. Quizás, el mejor legado que nos dejó. ¿su posible sucesor?
Días como hoy, uno vuelve a retomar el libro de Brent Schlender y Rick Telzeli para leer «El libro de Steve Jobs» y leer algunos de sus pasajes para leer entre líneas.
Y recuerda que siempre podrás acudir a la web de Apple y dejar un pensamiento de agradecimiento en su «muro».
Gracias Jobs