Hace unos días vimos cómo Apple actualizaba por sorpresa la gama de entrada del MacBook Pro y el MacBook Air. Entre las novedades también se sumo el hecho de que las ampliaciones de los SSD eran ahora más baratas, al igual que el MacBook Air básico, que también había bajado de precio.
La cuestión es la siguiente: ¿Qué ha hecho Apple para reducir el precio del MacBook Pro? Algo hay que sacrificar, y el tema es si afectará a la experiencia del usuario final o no.
Pues bien, Apple ha optado por reducir ligeramente la velocidad de los SSD incluidos en los nuevos MacBook Air 2019.
Comparemos con el MacBook Air anterior
La velocidad no se ha visto reducida en todos los aspectos. El MacBook Air lanzado en otoño de 2018 disponía de un SSD con velocidades de 2GB/s para lectura y 0.9GB/s en escritura. Mientras tanto, en el modelo de este año se han podido observar velocidades de 1.3GB/s en lectura, y 1GB/s en escritura.
Es decir, la disminución de velocidad afecta únicamente al apartado de lectura, que no al de escritura, pues este último ha sido mejorado ligeramente.
¿Tiene sentido esta decisión?
Apple se caracteriza por utilizar los SSD más altos de gama (aquellos que ofrecen mayor velocidad de escritura y lectura). Estos SSD pueden alcanzar precios de 0.5-1€ por GB. Sin embargo, un usuario de la gama Air no es un profesional que ponga a su disco en situaciones extremas manejando cantidades ingentes de datos, si no que hace un uso más común de su ordenador.
Al reducir la velocidad de lectura, seguramente el precio por GB se haya reducido considerablemente, sin afectar por tanto a la experiencia final del usuario, que en raras ocasiones someterá al almacenamiento de su equipo a un estrés tan considerable.
A pesar de todo, hay que destacar que el SSD incluido en el MacBook Air sigue siendo de gama alta. Los SSD comunes en el mercado, e incluidos en la mayoría de ordenadores, suelen tener velocidades de lectura de 500MB/s. Es decir, aunque se haya reducido la velocidad de lectura del MacBook Air, esta sigue doblando (y casi triplicando) a los SSD más comunes.
Suelo ser crítico con los SSD por parte de Apple (especialmente con su precio), pero me parece que esta es una buena medida que abarata costes, ofreciendo al usuario un MacBook Air más barato sin afectar a su experiencia.