A principios de verano Apple nos sorprendió con una actualización inesperada de los MacBook Pro. Los nuevos modelos mantenían la tendencia estética establecida en 2016 pero incluían un nuevo teclado mariposa y nuevo hardware.
Básicamente, se introdujeron los nuevos procesadores de octava generación de la mano de Intel, que a su vez permitieron aumentar la cantidad máxima de RAM a 32 GB. De esta forma, Apple consiguió hacer al MacBook Pro aún más Pro.
Radeon Pro Vega a la vista
Meses después de esta renovación, los chicos del Apple Park han anunciado que a finales de noviembre los MacBook Pro serán todavía más Pro. ¿Cómo planean hacer esto? La solución para ellos es llevar la arquitectura HBM2 de las gráficas Radeon Pro Vega 56 y 64 del iMac Pro a los MacBook Pro.
A finales de este mes los MacBook Pro podrán personalizarse con las Radeon Pro Vega 16 y 20. De esta forma, se consigue duplicar el ancho de banda disponible para la GPU consumiendo menos energía y dejando mayor cantidad de la misma para el consumo de la propia tarjeta gráfica.
En definitiva, tendremos un MacBook Pro hasta un 60% más rápido que el modelo anterior en términos de procesado de vídeo, renderizado 3D y computación en paralelo.
Recordad, si todo esto no es suficiente, siempre podéis recurrir a la nueva eGPU Pro Blackmagic, que incluye la tarjeta de video Radeon Pro Vega 56 del mismísimo iMac Pro.